¿Es su barco realmente oceánico?
Un barco oceánico debe ofrecer excelente estabilidad transversal, una importante reserva de flotabilidad y navegar de forma cómoda y estable. Pero además, existen muchos otros factores a tener en cuenta cuando tratemos de evaluar la capacidad marinera de una embarcación.
Lo primero que deberíamos saber es que significa un “barco oceánico”. No es evidente, pero indudablemente lleva implícito que el barco sea sobre todo fiable, robusto y seguro. Luego vendrán otras muchas características como su comodidad frente a una |
navegación con mala mar, con olas cortas, su capacidad para mantenerse a flote incluso totalmente inundado, la facilidad con que se maneje o la seguridad en sus maniobras.
Pero el término oceánico es muy subjetivo y la definición se puede complicar. Podríamos ahondar y exigir sistemas duplicados para tener gran seguridad, doble motorización para minimizar el riesgo de quedarnos sin arrancada, completos sistemas de comunicaciones y navegación electrónica, autonomía energética y en suministro de agua, etc… En definitiva el concepto de “barco oceánico” es flexible y se adaptará en distinta medida a las necesidades de cada armador. Es muy diferente un barco oceánico para realizar travesía por el Mediterráneo, cruzar el Atlántico, un largo viaje alrededor del mundo en solitario por la ruta de los tres cabos, o hacer expediciones polares.
Con independencia de la calidad en su navegación, su estabilidad y comodidad, uno de los factores más importantes en un barco oceánico será su capacidad para afrontar galernas sin que los mamparos o el casco sufran deformaciones o incluso roturas estructurales. En muchos barcos de serie, no es raro comprobar cómo tras una travesía del Atlántico en donde los tripulantes hayan tenido que lidiar con mala mar, las puertas de los camarotes no encajan como consecuencia del movimiento y sufrimiento de los débiles mamparos o en algunos casos como incluso, ¡la cubierta se ha despegado del casco!
Son muchos más los elementos y factores a tener en cuenta. ¿Cómo soportaría su barco un incendio en alta mar? ¿Será cómodo navegando en climas frío? ¿Estará suficientemente ventilado al navegar en el ecuador? ¿Las maniobras son cómodas? ¿Se puede subir al palo con comodidad en caso de romper una driza? ¿Lleva instalada una potabilizadora? ¿Es energéticamente autosuficiente?……
Pero veamos los parámetros más importantes y fundamentales para definir la “calidad” de su barco en aguas oceánicas;
Los barcos tienden a recuperar su adrizamiento gracias a los pares de adrizamiento que se generan al producirse una inclinación. El par de fuerzas formado por el peso del barco y por el empuje trabajarán hasta que el barco logre de nuevo alcanzar la verticalidad. Cuanto más alto quede el centro de gravedad, menor será la energía necesaria para desequilibrar el barco. Así, si añadimos peso por encima del centro de gravedad, disminuiremos la estabilidad en el barco, lo mismo que si eliminamos peso por debajo del centro de gravedad.
La estabilidad
La estabilidad es el factor más relevante a estudiar por las compañías aseguradoras para cotizar una póliza o simplemente descartar su seguro. Estabilidad transversal, longitudinal y estabilidad frente a pérdida de rumbo (guiñada).
La más importante es sin duda la transversal que indicará la tendencia del barco a recuperar su adrizamiento después de una ola o movimiento escorante, debido a un desplazamiento de carga en el barco, a una fuerte ola, ayudada por un vendaval, o a una maniobra mal ejecutada.